El MMFD permite la combinación entre teoría y práctica enfocada hacía el desarrollo de competencias profesionales que permitan que los estudiantes, una vez egresados, puedan incorporarse al mundo laboral en ámbitos específicos en los que son cualificados para desempeñar sus funciones, con la experiencia y conocimientos óptimos para su incorporación como trabajadores en áreas concretas.
Para conseguir la experiencia y conocimientos adaptables al mundo laboral, el sistema dual requiere un porcentaje alto de prácticas en empresas del sector, de modo que puede ver y aprender en un entorno más productivo y de similares características al que se incorporará como profesional una vez finalizados los estudios. En la prueba piloto se está aplicando un 80% de formación práctica, siendo un porcentaje alto para fomentar la vinculación con empresas participantes en el proyecto.
La vinculación entre empresa y centro es la principal característica del sistema dual, la que prevalece ante cualquier otra modalidad de enseñanza técnica. A su vez, el aprendiz puede incorporar y aplicar sus conocimientos en contextos profesionales reales, que le ayudarán a obtener experiencia y desarrollar su vocación.
El tiempo restante, el estudiante aprenderá también parte teórica (20% en la prueba piloto), que será de gran utilidad para aplicarla posteriormente durante las horas más prácticas.
Los planteles educativos y las empresas establecen un convenio de colaboración, para que la formación del estudiante sea la más adecuada y completa como futuro profesional.
Todo el proceso de formación está siendo supervisado y controlado de forma interna y externa, para valorar que el alumno esté obteniendo los aprendizajes adecuados y acorde a su perfil profesional. Los Comités Institucionales del MMFD son el organismo encargado de esta función durante la fase piloto.